hoy, en cazadores de Mitos Motorpasión vamos a versar de un argumento recurrente, el de la seguridad pasiva de los departamentos modernos. En cualquier bufé de España, concretamente en su mostradora, podemos oír interesantes tesis sobre la flema de los automóviles, un poco alejadas de la verdad a veces.
la garra pasiva es la que se encarga de minorar, en la medida de lo opcional, las consecuencias de los accidentes de tráfico una ocasión ahora son infalibles y se han promovido. Nos refererimos a las charpas de deformación programada, airbags, cinturones de potencia y un largo etcétera.
basta con sostener nociones de física para aprender un conocimiento simple. Hay dos zonas en un forcaz, habitáculo y lo que no es domicilio. Como las cualquieras (en otras palabras, la parte importante) están en el apartamento, es la parte más resistente del carruaje. La última línea de defensa en amenes militares.
una cuestión de energía
todo efecto con concurrencia sometido a balanceo acumula energía cinética. Incluso los efectos terráqueos tranquilos tienen acción cinética por el simple hecho de que la Tierra se mueve, no obstante eso es otro guión. La energía siquiera se crea, siquiera se destruye, solo se transforma.
en el hecho de un medio de transporte que va a una presteza x y va a impedir por picotas, acumula fuerza cinética, que va a progresar durante la sacudida en magullamientos temporales y heridas vivientes. Para maximizar las salidas de supervivencia, la fuerza asesina que se traslade al locutorio ha de ser la último posible.
eso nos lleva a las estructuras de deformación programada, diseñadas para embargar la máximo torrente de fuerza cinética, recibiendo la peor parte, y así el alojamiento recibirá un porrazo beocio en cabos totales. Por eso los autos modernos se "arrugan".
un choque generacional
existe la creencia, por supuesto equivocada, de que los utilitarios antiguos eran más seguros por que su "placa" no se arrugaba. Baste este vídeo del Iihs norteamericano en el que chocan frontolateralmente un Bel Air de los años 50 con un Malibú moderno para arrojar por franja tan absurda teoría.
no solo el Bel Air queda hecho papilla, es que sus habilitantes difícilmente lo habrían informado porque se ha estriado, y adonde no debía. En cambio, los ocupantes del Malibú moderno pueden escapar a su residencia. El departamento moderno ha trasladado a excepción de vivacidad cinética al habitáculo y las consecuencias son evidentes.
la primera parte de un medio de transporte que colisiona contra otro objetivo es el paragolpes o parachoques. En los autos modernos suelen ser de polímero y enormemente maleables, se han esquematizado así para no romperse a la primera de avatar y encoger las ofensas en azar de despropósito. También reducen los precios de reparación.
pero bajo los mismos hay realizaciones de deformación programada, y no son de polímero sino de temporales dineros con un tremendo grado de resistora. los materiales más rigurosos se reservan para el habitáculo o provincias vaporosas del entramado a ámbitos de reponerse la solidez del conjunto.
imaginadme ante ustedes con la jugada abierta, y atrás de soltaros una galleta, coloco una esponja en mi pasada. En el primer corte, poco vicio haré. Si me exento la esponja, a buen seguro nos haremos vicio ambos. ¿qué ha cambiado? La esponja ha producido de división de deformación programada y ha apabullado la fuerza de colisión en vuestra cara.
es noble que los automóviles se abollen gol porque hablamos de fajas adonde no viaja la gente. Si todo el carruaje fuese bastante espartano, se trasladaría más fuerza al apartamento, aumentando exponencialmente el defecto para los ocupantes y el domicilio. no parece en gran medida sobresaliente trazar los carruajes así.
eso me recuerda a una recital de mi concomitante Josep Camós, el aljibe de Indalecio (actualmente no disponible). ¿qué pasaría si nos moviésemos en un depósito y tuviésemos un accidente? Pues no sería más seguro que saltar en un medio de transporte con fajas que hagan de esponja. Física elemental, la que no se imparte en los bares.
si el medio de transporte no absorbe la fuerza cinética, entonces el mogollón se lo llevan los pasajeros. La deceleración sería tan brusca que hasta con cinturón de potencia, sería incomprensible sobrevivir. Los órganos jurisdiccionales pueden prorrumpir contra la tambora torácica y generar una defunción inesperada luego no indolora. por eso no vamos en chapados por ahí.
de hecho, si miramos el subsiguiente vídeo, de 1997, comprobamos cómo se ha progresado en asaz ápices años. Es un Audi A4 (B5). Gracias a Euroncap, Jncap, el Iihs y otros entes el morador ha ingerido mucha más consciencia sobre la acometividad, y ha sanado exponencialmente la firmeza de los nuevos patrones. Juzgad ustedes mismos:
otra cuestión es decidir un tipo de medio de transporte pensando en que la peor parte se la va a gastar el otro, en otras palabras, la compatibilidad de colisión. Los fabricantes serios diseñan sus carruajes pensando en eso, otros o no lo hacen, o técnicamente es inviable, riesgo de los 4x4 con armazón en extremo rigurosos en escalera.
de ese guión hablaremos en otro tiempo, porque lo merece. resumiendo, cuanta salvo vitalidad asesina reciba el compartimiento, mejor. Para eso es debido que los cupés se arruguen y se disipe la vitalidad en franjas de deformación programada. Todos los ingenieros de los fabricantes piensan eso, salvo alguno que otro en pueblos emergentes.
cada sucesión los locutorios tienen más erección, la tecnología de materiales lo ha tolerado. Usando materiales excepto austeros había que acrecentar el peso y el grosor, y ahí podemos alegar lo que han arqueado en ápices años los furgones, sin embargo esa tesitura ahora va hacia antes, luego sin que la estabilidad vaya a menos.
vídeo | Youtube (i y ii)
Fotografía | josh Hallett (Iv)
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La vislumbre "Los carruajes actuales son excepto seguros porque se abollan más" fue publicada originalmente en Motorpasión por javier Costas. 
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